Con nueva nariz la joven afgana que fue mutilada por su esposo



 

Hace más de dos años, una versión de ella dio la vuelta al mundo, en una porta de la revista Time para reflejar la misoginia y la violencia de género entre los talibanes en Afganistán.
Fue en agosto de 2010, cuando Aisha Mohammadzai apareció sin nariz, la versión de esa joven afgana desde que su esposo talibán y sus suegros le cortaron ese miembro y las orejas a manera de castigo cuando ella intentó huir de su casa. Hoy, Aisha vive otra vida: volvió a tener su cara completa, mientras arrancó una nueva vida en Estados Unidos.

Aquella foto, que incluso le valió al fotógrafo que la sacó el World Press Photo en 2011 por el efecto mundial que consiguió, quedó en el pasado para Aisha. Ahora, después de varios procedimientos dolorosos y agotadores - entre ellos un expansor de piel en su frente, así como injertos de piel, huesos y cartílago-, la joven de 22 años ya se está acostumbrando a su nueva nariz, a la que todavía le faltan algunos retoques.
Según relató la cadena estadounidense CNN, quien siguió la vida de Aisha desde que decidió huir de ese un pasado perturbador, la joven llegó a California, Estados Unidos, a fines de 2010 para someterse a una cirugía reconstructiva. Sin embargo, los primeros intentos fueron frustrados, porque ella todavía no estaba en condiciones psicológicas para enfrentar el cambio.
La asistencia psicológica la encontró en Nueva York, de la mano de la organización no gubernamental Mujeres para las Mujeres Afganas en Nueva York, con quienes vivió durante un año. Allí también perfeccionó su inglés, ya con miras de quedarse a vivir en ese país con una familia que la acogiera.
Esa fue una familia afgana en Maryland, los Arsala. Mati, su esposa Jamila Rasouli-Arsala, y la hija del primer matrimonio de Jamila comenzaron a contactarse con Aisha por vía telefónica y, en noviembre de 2011, le abrieron las puertas de su casa. Ese se convirtió en el nuevo hogar de Aisha, sede de su nueva vida.
"He sufrido mucho durante mi vida", dijo Aisha días antes de su primera cirugía el pasado junio. "Ahora siento que la luz llega a mi vida", había anticipado.
"[Aisha] Es una chica muy inteligente. Y su futuro está realmente en sus manos. Pero nosotros somos la herramienta que la orienta... Este debe ser nuestro deber, para mostrarle el camino correcto y el camino equivocado", dijo Mati Arsala a la CNN. "No existen límites para ella", agregó.
La familia fue golpeada por la crisis económica que recorrió todos los estados de Estados Unidos. En diciembre pasado, Mati perdió su trabajo de hacía 30 años como ingeniero de la empresa Bechtel. Y Jamila, quien había sido ginecóloga en Alemania antes de mudarse a Estados Unidos, continúa la residencia para poder ejercer en ese país.
Sin embargo, esta situación no impide que Aisha continúe con sus cirugías. Ella se atiende de manera gratuita en el Centro Médico Nacional de las Fuerzas Armadas Walter Reed, en Bethesda, Maryland. Una vez que su nariz quede completa en los próximos meses, los médicos tratarán sus oídos, un proceso reconstructivo menos engorroso.
Sin embargo, Aisha todavía no tuvo tiempo de ostentar su nueva nariz, después de que se rieran de ella mientras paseaba por las calles de Maryland -aunque ella asegura que no le importa "si se ríen o no se ríen"-. Cuando no está en un quirófano, debe preservarse dentro de su casa, para evitar agarrar una gripe o alguna infección que le retrase el proceso. Sin embargo, ella no se desanima. Ya llegará el momento para recuperar el tiempo perdido.