Portugal anuncia más recortes en pensiones, funcionarios y seguridad social


El primer ministro portugués Pedro Passos Coelho ha anunciado un nuevo paquete de recortes con los que pretende ahorrar 4.800 millones de euros de gasto público en los próximos dos años. Una vez más, los colectivos más afectados por esta nueva ronda de ajustes son los jubilados y los funcionarios públicos.

De aquí a 2015, el gobierno portugués pretende acabar con 30.000 funcionarios mediante un programa de bajas incentivadas del que no ha ofrecido muchos detalles. Los trabajadores públicos que mantengan su empleo se enfrentarán además a un incremento de su jornada laboral que pasará de las 35 a las 40 horas semanales y que se aplicará desde este mismo año. La nueva ronda de ajustes afectará también a los ya mermados salarios de los empleados públicos que verán reducidas algunas bonificaciones como las de movilidad y sufrirán un incremento de su aportación a los denominados "subsistemas de salud".
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En el capítulo de pensiones, los planes del Gobierno luso pasan por un aumento de la edad de jubilación hasta los 66 años. Aunque la edad legal seguirán siendo los actuales 65, serán necesarios 12 meses de trabajo más para poder acceder a la pensión completa. Como en nuestro país, Passos Coelho pretende también cambiar el sistema de cálculo de las jubilaciones y ha anunciado que se eliminarán algunas bonificaciones. El primer ministro portugués ha anunciado además que estudia nuevos impuestos para gravar las pensiones más elevadas.  
El primer ministro luso, que confía en ahorrar otros 4.800 millones hasta 2015, ha apelado al diálogo con el resto de fuerzas políticas para "perfeccionar" las medidas y "minimizar su impacto", así como para que sean adecuadas a la "jurisprudencia constitucional" tras el varapalo recibido el mes pasado. En ese sentido, Passos Coelho se ha mostrado abierto a propuestas "alternativas" y "creíbles" que sustituyan a las medidas presentadas este viernes.
En cualquier caso, y en un aparente intento por apaciguar a la oposición política y a la ciudadanía, cada vez más críticas con los recortes, ha subrayado que los sacrificios "valen la pena". "Fallar ahora sería desperdiciar esos sacrificios y es algo que no nos podemos permitir", ha explicado a modo de justificación