Karezza: la práctica sexual que está de moda

El sexo Karezza es una forma de relación sexual que enfatiza en el cariño mientras se aleja de las orillas del orgasmo. De hecho, el clímax no es la meta e idealmente no ocurre durante el sexo. Recibe el nombre de la doctora Alice Bunker a finales del siglo XIX, quien lo basó en la palabra italiana carezza, que significa “caricia”.
Stockham se inspiró en el concepto llamado “continencia masculina”, en el cual los hombres, cuando la concepción no era deseada, optaban por evadir la eyaculación. Sin embargo, Stockham lo llevó un paso más alla e instó a ambos, hombres y mujeres, a renunciar al orgasmo insistiendo que la práctica no estaba restringida a un sólo género.
La doctora definió karezza de la siguiente manera (que hace muchos ecos con el sexo tántrico): Durante un largo periodo de perfecto control, el entero ser de cada uno se funde con el otro y se experimenta una exquisita sensación de exaltación.
Esto puede estar acompañado de un movimiento silencioso, enteramente subordinado a la voluntad, para que la emoción de la pasión de los dos no pueda ir más allá de un intercambio placentero.
Lo interesante de todo esto es que, después de casi un siglo de su implementación en terapias de pareja, la fórmula de Karezza está tomando mucha fuerza en parejas que llevan largo tiempo casadas. Es como si la evasión del orgasmo tranquilizara a ambas partes y se quitaran el miedo a tocarse después de llevar años de no hacerlo.
La consejera matrimonial Deb Feintech le dijo a ABC News que utiliza karezza para ayudar a sus pacientes a revitalizar sus relaciones. Y a pesar del estereotipo de que todos los hombres están siempre buscando eyacular, muchos de sus clientes más devotos son hombres. “Es muy radical para ellos, pero están averiguando que la intimidad emocional le gana en peso a cualquier exaltación de perseguir el orgasmo”.
La fórmula de karezza se posa entre el torrente de data sexual que hay en todas partes, vendiendo el orgasmo como el máximo fin, y medicalizando la falta de deseo sexual de las mujeres. Sin duda una práctica que valdría la pena experimentar cuando el deseo entre tu pareja y tú se ha disminuido.
AJ