La película argentina ‘Cuento chino’ (2011) narra la divertida relación entre dos personajes antagónicos: el metódico y obsesivo Ricardo Darín y un japonés que aparece en Buenos Aires buscando un familiar. La excusa para ubicar al nipón en Buenos Aires está “basada en un hecho real”: el hundimiento de un pesquero japonés por una vaca lanzada desde 10.000 metros por un avión militar ruso, cuyos tripulantes
Después de ver la película (muy recomendable, por otra parte) me he topado más de una vez con este inevitable comentario: “Qué fuerte la historia de la vaca voladora. ¿eh?”. Pues bien, siento decepcionar a mis amigos, pero nunca hubo tal vaca voladora. El director de la cinta, Sebastián Borensztein, leyó la noticia en el diario Clarín, tal y como reconoce en esta entrevista, y escribió el guion basándose en ella: el propio personaje de Darín colecciona noticias estrambóticas en la cinta.
Efectivamente, en la edición del 2 de mayo de 1997 de Clarín aparece una noticia titulada “Una vaca cayó del cielo y nos hundió el pesquero”, atribuida a la agencia de noticia Reuters y cuya fuente es un informe de la embajada alemana en Moscú titulado ‘La seguridad en el cielo de Rusia’. Tres días antes, el 30 de abril, Reuters lanzó un teletipo, sí, pero en él no se contaba la noticia sino que se desmentía la leyenda urbana:
“Una historia de vacas rusas cayendo desde el cielo sobre un vasco pesquero en el Pacífico ha tenido en un brete a la diplomacia alemana. Pero el relato, reportado por la Embajada Alemana en Moscú al Ministerio de Exteriores en Bonn y hecho público por un periódico alemán, tiene todos los indicios de ser una leyenda urbana, una fantasía que a fuerza de ser repetida una y otra vez gana un aire de autenticidad”.
¿En qué momento leyó el redactor de Clarín que la noticia era auténtica y no un cuento chino? En Argentina, como en España y en Vladivostok, los periodistas nos regimos por una máxima: “No dejes que la realidad te estropee un buen titular”.
Pero si un diario de prestigio internacional confiere cierta credibilidad a una noticia, mucho más lo da servir de argumento a una película: por lo menos, el guionista no tiene la presión del plumilla para llegar al cierre del periódico. Borensztein sólo tenía que haber consultado Snopes para enterarse de que la historia era una trola muy bien urdida pero, claro, entonces se hubiera quedado sin argumento. Exoneramos por tanto al director y le hacemos acreedor de un nuevo dicho: “No dejes que la realidad te estropee el argumento de una película basada en hechos reales”.
La noticia de la vaca voladora apareció de nuevo hace un par de días en la portada de Reddit. Menos mal que la vigilante comunidad de Internet está más atenta que el redactor jefe de Clarín y en sólo una hora su veracidad ha sido puesta en entredicho.
DJ
