Lo que ocurre en tu cuerpo al beber una Coca Cola

Allá por los años sesenta la Coca Cola era vista como claro ícono imperialista, y por supuesto condenada por ello. Con la relativización de los regímenes políticos esta condena a las bebidas cola fue reemplazada por la condena a la Coca Cola desde el punto de vista de la calidad de vida.
Junto a McDonald's, probablemente las bebidas colas sean el modelo a NO seguir por excelencia en términos de conductas alimenticias, pues ambas marcas promueven alimentos negativos para la salud de quienes los consumen. ¿Pero en realidad qué ocurre si consumimos Coca Cola en tiempo real? Analicemos la respuesta fisiológica del organismo ante la ingesta de Coca Cola en el transcurso de una hora.
En los primeros 10 minutos tu cuerpo recibe el 100% de tu ingesta diaria recomendada de azúcar, que equivale más o menos a diez cucharaditas de azúcar. No vomitas porque el ácido fosfórico reduce el sabor permitiéndote digerirlo.
A los 20 minutos hay un pico de azúcar en el cuerpo elevando la insulina, y tu hígado convierte toda la azúcar que sobra en grasa.
A los 40 minutos el cuerpo absorbe toda la cafeína disponible, tus pupilas se dilatan, tu presión sanguínea aumenta y tu hígado envía mucha, mucha, mucha glucosa a tu aparato circulatorio.
5 minutos más tarde, la dopamina comienza a producirse en tu cerebro. Esta hormona es un neurotransmisor que causa en última instancia el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. En una escala mucho menor, por supuesto, esta es la respuesta del organismo ante el consumo de heroína.
A la hora de haber consumido la bebida el metabolismo aumenta para quemar la cantidad de grasa producida abruptamente. Además, en este momento las propiedades diuréticas de la cafeína comienzan a jugar su papel, y se supone que esto te permita eliminar todo el magnesio, calcio, zinc, sodio, electrolitos y agua que el consumo de la bebida hizo que sobre en tu cuerpo.
La crisis está a punto de terminar, pero aún falta un poco para que todo vuelva a la normalidad.
Así como el azúcar aumentó de forma desproporcionada en tu organismo, lo mismo ocurre con su decrecimiento. El cuerpo había comenzado a funcionar con esa concentración de glucosa, pero ahora le hace falta.
Te vuelves ligeramente irritable y un tanto lerdo. Además, en términos fisiológicos has eliminado mucha agua por la acción diurética de la cafeína, y ello produce deshidratación. Lo peor es que al haber eliminado tanto líquido con él se han escapado los nutrientes que tu cuerpo pudo haber usado para hidratarte, y debes quemar recursos de reserva.
AJ