Xi Jinping emprende el reto de poner en práctica su "sueño chino"

Antes de asumir la presidencia de China, Xi Jinping ya usaba la expresión "el sueño chino". En noviembre del año pasado, dijo: “El gran resurgimiento de la nación china es el mayor sueño chino”.
En marzo, en su discurso ante el Congreso Popular Nacional, poco después de que fuera formalmente nombrado como presidente, Xi dijo: “Debemos esforzarnos constantemente, seguir adelante con voluntad indomable, seguir promoviendo la gran causa del socialismo con características chinas, buscar el sueño chino, el rejuvenecimiento de la nación china”.
¿Pero qué significa todo eso? En un callejón en Beijing, nos acercamos a algunos ciudadanos chinos para que nos dieran su interpretación.
Li Lei, maquillista de 27 años, dice: “Para mí, el sueño chino es comprar una casa en Beijing y establecerme aquí”. Sarah Shi, recepcionista de 25 años, agrega: “Mi sueño es tener suficiente dinero para reunirme con mi familia y no tener que viajar tan lejos para trabajar”.
Mientras tanto, la dependienta de 47 años, Li Jianjie, dice que su mayor sueño es tener acceso a servicios de salud.
Poner fin a la pobreza
Para Xi, el sueño chino implica mantener el crecimiento económico. En las últimas tres décadas, China ha sacado a más de 600 millones de personas de la pobreza. Para seguir adelante, China debe reinventarse, dejar de ser una máquina de exportaciones y convertirse en una economía de consumo.
Eso no será tarea fácil. Jing Ulrich, directora gerente para China y presidenta de mercados mundiales de J.P. Morgan, dice: “No podemos depender de las inversiones, de construir mucha infraestructura, fábricas, bienes raíces… Tenemos que cambiar a una economía motivada por los servicios”.
Agrega: “Los consumidores están en todas partes de China, pero tienen que sentirse más seguros del futuro para que puedan ahorrar menos y gastar más”.
El reto de la corrupción
Hay muchos otros retos en Beijing, como limpiar el aire y combatir la corrupción desenfrenada. “Las personas buscan cosas que significan más que el dinero”, dice Evan Osnos, corresponsal en China para la revista The New Yorker.
“Tienen una concepción más profunda de lo que implica una ‘buena vida’. Dicen, por ejemplo: ‘Quiero vivir en una ciudad que tenga aire más limpio’. La gente dice: ‘Si voy a juicio, quiero confiar en que será un juicio justo, que el juez no recibe sobornos o que no tiene influencias políticas’. Así que ahí es donde empieza a volverse un tema político”, dice Osnos. “Para poder satisfacer las demandas económicas de la gente, tiene que haber una reforma política de alguna clase. Ahí es donde las cosas se ponen difíciles para el partido”.
Beijing está entre la espada y la pared, y se ha visto obligada a reconocer que su pueblo quiere más.
¿Reformas reales?
El diplomático Wu Jianmin, quien ha sido embajador de China ante la ONU, dice: “Si analizas el discurso del presidente Xi Jinping, si analizas el informe del Congreso del Partido, puedes ver que hablan mucho acerca de la reforma política”.
“Xi Jinping dejó claro eso. Necesitamos un Estado de derecho y democracia”, añadió. Sin embargo, conforme China busca cumplir su visión acerca de su rol en el mundo, algunas personas están preocupadas por que se vuelva expansionista y agresiva, especialmente en lo que se refiere a las disputas territoriales en el mar.
Sin embargo, Xi dice que las intenciones de su gobierno son puramente pacíficas. Durante un discurso reciente que dio en Moscú, dijo que el sueño chino “no solo beneficiará al pueblo chino, sino que beneficiará a las personas de todo el mundo”.
Xi tiene una década para demostrarnos de qué están hechos sus sueños.
DJ