El museo de arte erótico de Miami, expone la naturaleza sexual humana

Una cama nupcial de madera tallada con 138 figuras del Kamasutra y el arma homicida en forma de pene de la película “La Naranja Mecánica” de Stanley Kubrik son algunas de las piezas que forman parte del Museo de Arte Erótico del Mundo (WEAM) en Miami Beach, el segundo más grande en su tipo.

El recinto alberga más de 4.000 objetos eróticos y obras de arte, que incluyen creaciones de artistas reconocidos como Rembrandt, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Fernando Botero, además de piezas étnicas y documentos históricos que hablan de algo “inherente a la naturaleza humana”: la sexualidad.
La millonaria colección privada es el resultado de la “deshinibida curiosidad” de Naomi Wilzig, una aficionada al arte recordada como “mujer de familia y judía devota”, quien durante casi dos décadas se dedicó a reunir obras de arte erótico de diferentes partes del mundo.
A pesar de que la acaudalada coleccionista “tenía una mentalidad conservadora”, “se sintió llamada rescatar de la extinción” a miles de obras que para muchas culturas “representaban un tabú sobre el cuerpo humano y las practicas sexuales”.
“Es una colección que no tiene precedentes, por su origen, su significado y por su repercusión en el panorama artístico del Distrito de Arte Deco en Miami Beach”, dijo a Efe el portavoz del WEAM, Robert Harbour.
Wilzig, quien falleció el pasado abril a sus 80 años, dejó con el museo un legado de estatuas, pinturas y fotografías que cubren el erotismo en la mitología griega, las historias bíblicas, las culturas orientales y suramericanas y hasta los fetiches como el bestialismo y el sadomasoquismo.
“Tenemos piezas de lugares en donde hablar de la sexualidad no está permitido y hasta podría causarte la muerte, lo que significa que a pesar de las prohibiciones las personas hacen lo que están llamados a hacer”, destacó Harbour.
Miles de visitantes se han acercado al museo desde su inauguración en 2005, atraídos por la diversidad de sus exposiciones que escogen temáticas únicas de artistas modernos como Paul Kagan, o volúmenes completos del legendario arte erótico japonés llamado “Shunga”.
La exhibición está dividida en 20 secciones que reflejan la multiplicidad de manifestaciones eróticas del ser humano a través de los años y en diferentes culturas, divididas en áreas temáticas que destacan entre otras “La Habitación Gay” en donde hay una escultura dorada gigante en forma de pene erecto.
Una sala entera está dedicada al mito de “Leda y el Cisne” y criaturas mitad hombre y mitad animal que muestran diferentes perspectivas del Centauro. Otra habitación exhibe fotografías originales al desnudo del símbolo sexual moderno Marilyn Monroe.
El recorrido por las diferentes galerías es una “exploración sensorial” de las dimensiones del placer a través del tiempo, y un ejemplo de ello es la réplica de la silla y la otomana de Carolina la Grande de Rusia, considerada “sacrílega” en su época por estar tallada con figuras de demonios y ángeles practicando felaciones.
La cama matrimonial de un carpintero alemán es tal vez una de las principales atracciones del WEAM, no sólo porque el aficionado escultor grabó en ella 138 posiciones del Kama Sutra para inspirar a su mujer, sino porque cada viga de sus extremos es un pene de madera de 8 pies de altura.
La popularidad del museo y su “gran significado como documento histórico de la cultura sexual y erótica del hombre” fueron honrados por la ciudad de Miami Beach en 2010 con la proclamación del 16 de octubre como “El Día del Museo Erótico del Mundo”.
El Instituto Estudios Avanzados de Sexualidad Humana (IASHS) de San Francisco, California también quiso reconocer “la importancia educativa” de la extensa colección, otorgando a Wilzig el titulo de “Doctora Honoris Causa en Artes de la Sexualidad y la Erotología” en mayo de 2011.
Muchos detractores del museo, “en su mayoría conservadores y religiosos, han querido interpretar las obras del museo como pornografía, pero esto no tiene nada que ver”, dijo a Efe el presidente del IASHS, Ted Mcllavena.
“La pornografía se trata de prostitución y está destinada a ver el sexo como un producto de compra y venta. En el WEAM encontramos miles de expresiones artísticas de algo tan humano como la sexualidad y nuestro sentido de erotismo”, concluyó. EFE